El sonriente anfitrión abre la puerta y diciendo "Buyrun, buyrun" (vamos entren), nos acoge en su casa. Alrededor de su cuello tiene un collar turco, y en la pared es un pequeño signo en que está escrito "Hoş geldiniz" (Bienvenido).
Estamos en la casa de Yasutake Kaneko, uno de los siete ingenieros japoneses y directores que están en Turquía para ayudar en el Proyecto Marmaray.
Estos ingenieros japoneses, que se trasladaron con sus cónyuges y sus niños hace cinco años para trabajar en el Proyecto Marmaray, no sólo han logrado armonizar con la cultura turca, pero se han "convertido en uno de nosotros". Mientras trabajan en una de las más grande proyecto del mundo en curso, el túnel Marmaray, sus esposas ocupado por la talla de madera, tejido, bordado, beber té en vasos de forma de tulipán y hacer platos turcos como sopa de lentejas y hortalizas Börek. Sus hijos juegan al fútbol para el club deportivo Beşiktaş, incluso participar en algunas de las luchas que estallan en los partidos.
Yuko Kaneko dice que disfruta de escuchar a la estrella del pop turco Tarkan, y que ella ha escuchado mucho acerca de Sezen Aksu de sus amigos turcos y espera poder ir a un concierto de Aksu. En cuanto a su marido, Yasutake Kaneko, ella dice que es un fan de la banda de rock Duman. La pareja decidió incluso para ir a un concierto İbrahim Tatlıses después de ver carteles del conocido cantante turco cerca de su casa. Como hemos dicho, estas familias se han convertido en japonés turco más que los turcos.